Las provincias de Alicante y Valencia están llamadas a convertirse en protagonistas de un boom nacional de centros de datos que se calcula que aportará a España unos 3.000 millones de euros en los próximos cinco años.
Se dice que las infraestructuras de procesamiento de datos serán el próximo gran mercado de inversión en el país, ya que la actual digitalización de todos los ámbitos de la vida, principalmente las operaciones financieras, requiere estos servidores para hacer frente al aumento del tráfico en línea.
Los inversores ya están buscando oportunidades fuera de los tradicionales puntos calientes de Madrid y Barcelona, y Valencia y Alicante tienen una gran ventaja sobre otros posibles emplazamientos: el mar, que permite las conexiones por cable submarino.
Los analistas también sugieren unos costes de vida y de negocio más baratos en comparación con las capitales española y catalana, además de los recientes esfuerzos del gobierno regional de la Generalitat por impulsar la digitalización, creando el marco necesario para un sector que requiere un alto nivel de especialización.
Los centros de datos almacenan toda la información digitalizada por las empresas, algunos de los cuales están operativos el 99,99% del tiempo, es decir, sólo se apagan 26 minutos una vez al año.
Esto hace que los potenciales inversores busquen zonas con suministro eléctrico de respaldo y redes de fibra óptica complementarias, entre otros requisitos técnicos.
Y la Generalitat está actuando con rapidez para convertirse en un destino privilegiado de este tipo de infraestructuras, con el objetivo de atraer una parte importante de los 3.000 millones de euros de inversión previstos para los próximos años.
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